El pasado sábado comenzamos nuestra ruta en la Plaza de las Vistillas (o de Gabriel Miró), en la que se celebran la romería de San Isidro y la verbena de La Paloma. En esta zona estuvieron los primeros asentamientos visigodos.
En un extremo de la plaza, frente al recientemente premiado “Corral de la Morería”, podemos situar el comienzo de la muralla cristiana, muralla que cerraba los 10 barrios extramuros de la muralla árabe. El otro extremo de la muralla cristiana estaba en la Plaza de Isabel II (Ópera), donde volvía a juntarse con la árabe.


En la calle de los Mancebos, tras una verja y al aire libre, vemos los primeros restos de la muralla cristiana. Pero, a partir de este momento, los restos que nos quedan del perímetro de la muralla cristiana de Madrid, se encuentran todos bajo casas particulares o bajo locales comerciales.
La Cava Alta y la Cava Baja constituían la parte exterior e interior de la muralla. Dentro de uno de los portales de la Cava Baja, nos asombran unos impresionantes restos de la muralla cristiana, de una altura más que respetable. Y unos números más adelante de la misma calle, dentro de una típica corrala madrileña, podemos observar nuevos restos de la muralla y admirar la considerable anchura que tenía.


La muralla no sigue exactamente todo el trayecto de la Cava Baja, sino que gira y pasa por Puerta Cerrada, una de las puertas de la ciudad que desapareció con la construcción de una nueva muralla de Madrid, que no tuvo ya un carácter defensivo, sino recaudatorio.
Por el Mercado de San Miguel, único mercado de hierro que se conserva, pasaba la muralla cristiana antes de llegar a su puerta de Guadalajara. Y en la calle Escalinata se observa, en una casa moderna, un saliente en forma de torreón, que nos indica que por allí pasaba también la muralla cristiana.
En la plaza de Isabel II ya estamos llegando al final del recorrido. La muralla pasaba justo por en medio del Teatro Real. En los bajos del restaurante Foster Hollywood puede observarse otro trozo de la muralla, y en los bajos del parking de la Plaza de Oriente hay también restos de la muralla.
Un poco más allá de Ópera se encontraba la puerta de Valnadú, lugar donde confluían las murallas cristiana y árabe.
Lo pasamos muy bien con los compañeros… como ya viene siendo habitual.


Y para que no nos falte de ná, como extra, muy cerca de la plaza de la Paja (que fue la plaza mayor de Madrid durante 800 años), visitamos la iglesia de San Andrés, dónde estuvo durante un tiempo el cuerpo de San Isidro, y que tiene un magnífico retablo gótico y un no menos espectacular enterramiento plateresco. Y el jardín del Príncipe de Anglona, uno de los pocos jardines nobiliarios del XVIII que se conservan, de construcción muy compleja en su momento por tener que salvar el desnivel con la Calle Segovia.


Os esperamos en este mes de marzo en una nueva «Ruta por el Madrid Medieval».