Nos encaminamos al primero de los áticos de nuestra visita de hoy, el Sky 44, sólo cruzando al otro lado de la Gran Vía. En una estrecha (y algo oscura) entrada de hostal como tantas otras hay en el centro de la ciudad, y en el 9º piso, encontramos un lugar que nadie podía imaginar. Parece que es muy conocido también por los desayunos continentales más bien ajustados de precio para los huéspedes de alojamientos de los alrededores.
Las vistas sobre Callao, la Gran Vía y en general sobre el centro de Madrid son espectaculares. Son las 11:30h y el calor aprieta, por lo que después de las fotos obligadas, nos refugiamos en sombra para tomar la primera bebida de la mañana.



Nuestro guía, Adolfo, reúne grupos de 5 y nos lleva a un lateral de la terraza para señalarnos un edificio emblemático, y explicarnos el porqué de cierta estatua que lo corona. Se trata del hotel Hyatt, donde en su azotea luce un conjunto escultórico de Diana Cazadora; cuenta la mitología que nuestra protagonista quiso permanecer virgen por el sufrimiento de su madre en el parto, al igual que su hermana, la diosa Minerva.
Siempre acompañada de sus perros mastines y junto a una tortuga blanca (símbolo también de la castidad) recorría parajes haciendo de las suyas; y un día, el amor se interpuso en su vida en forma de un apuesto pastor, Ganímedes; Zeus, padre de Diana, enfurecido, y con el fin de ocultar al pastor de su hija, envía al Ave Fénix para secuestrarlo. Pájaro y pastor están coronando el que era edificio de la Unión y el Fénix frente a donde está nuestra Diana. Esta intenta acabar con el pájaro y recuperar a su amado disparando sus flechas. ¿Consiguió alcanzarle?. No, un rato después podemos encontrar las flechas lanzadas por la diosa de los bosques en el suelo, en la acera de enfrente, junto a la calzada y a la altura de un famoso centro comercial de capital inglés.
Es una historia entre dos esculturas que tiene pocos años, los que hace que la familia mejicana Díaz Estrada pasó a regentar el hotel, y se decidió por esta bonita historia a la hora de adornar lo más alto del alojamiento; la idea escultórica inicial era muy española: Don Quijote y Doña Dulcinea.
Aunque nos vamos de nuestro primer ático sin poder acceder a la terraza norte, al menos hacemos alguna foto tras el cristal, recogiendo la inmensa llanura de casas bajas de los barrios por encima de la Gran Vía, y que incluso nos deja ver las 5 torres allá donde se pierde la vista.

Avanzamos por la Gran Vía hasta el hotel NH Collection Gran Vía en la acera de los impares, pasada la Calle Montera. Nos toca esperar un poco para acceder a los ascensores y subir, también a un 9º piso, al ático Picalagartos.
Tiene una vista casi 360º, y donde cabe destacar la perspectiva de la Gran Vía hasta Callao. Resulta imponente ver desde el ático el edificio de Telefónica. Podéis ver las fotos tan bonitas que os incluimos.



Además, el ático contiene una escultura de Atlas sujetando el mundo; podéis ver en la foto que no es exactamente el globo terráqueo, sino el símbolo de la cadena hotelera. Sin duda una originalidad digna de conocer, y que además obligó a construir un refuerzo en el ático para sostenerla. Nos cuentan la historia de Atlas y Perseo. De como el primero quedó condenado a sostener para siempre la Tierra separada de los cielos con sus manos y hombros. De como Perseo consiguió derrotar a Medusa con su espada y espejo mágicos, y con un saco donde guardó su cabeza. De como Atlas negó la hospitalidad a Perseo en la creencia de que se trataba del hijo de Zeus, que la profecía le había revelado que le robaría sus riquezas. De cómo la cabeza de Medusa frente a los ojos del titán le convirtió en la que conocemos como Cordillera del Atlas, en Marruecos.
Camino del último de los áticos, en la esquina de la calle del Clavel con la Gran Vía, frente al precioso Centro Cultural de los Ejércitos, más conocido como Casino Militar, podemos ver, detrás la Casa de los Portugueses, y delante el edificio de WOW Concept, su restaurante de varios ambientes en la 1ª planta, y coronado por la loba capitolina.

Y nos vamos a la calle Marqués de Valdeiglesias, esquina con la Gran Vía a nuestro tercer y último ático, The Principal. Es también donde está el restaurante Ático de Ramón Freixa. El edificio se construyó hace algo más de un siglo, y ha albergado la Gran Peña, círculo social privado fundado por militares españoles en 1869, y que ha tenido entre sus peñistas a Canalejas o a los reyes Alfonso XIII y Juan Carlos I.
Subimos al séptimo piso, y lo primero que nos llama la atención es la amplitud. Las vistas son espectaculares, especialmente de la Gran Vía y de Alcalá.

De un lado podemos ver la iglesia de San José, donde comienza nuestra calle protagonista, y de la que podemos ver su planta irregular por las casas que se han construido alrededor. Escuchamos la historia de la Casa de las Siete Chimeneas observándola a cierta distancia en la Plaza del Rey y junto al Ministerio de Cultura. Del lado de Gran Vía, la perspectiva es amplísima, desde el Banco de España, pasando por el Círculo de Bellas Artes, el edificio Metrópoli o el Grassy en la confluencia de la Gran Vía con Caballero de Gracia, y que da paso al primer tramo de aquélla.


Hacemos una parada en el Círculo de Bellas Artes, proyecto que se encargó a Antonio Palacios, al que debemos edificios como los cercanos Banco de España, Instituto Cervantes y Palacio de Cibeles, y que fue inaugurado en 1926 por el rey Alfonso XIII. La institución privada desarrolla actividades de todas las artes, la literatura, música, filosofía, cine, …, llevando a cabo alrededor de mil actos anuales. Sobresale la escultura de la Diosa Minerva en su terraza superior, de un peso superior a 3000 kg y de 6 metros de altura, que como curiosidad costó 1 millón de pesetas izarla en 1966. No había grúas capaces de subirla a esa ubicación, por lo que hubo que levantar una plataforma, paralela al Círculo, de 60 metros de altura, para hacer la ascensión. La diosa representa a la sabiduría, las artes y la estrategia militar, y es hermana de nuestra ya conocida Diana.
Algunos nos vamos a Casa Manolo, junto al Congreso de los Diputados a comer algo y a comentar la jugada. Las croquetas (famosísimas), empanadillas, calamares, tortilla y setas estaban riquísimas. Aunque no tanto como la compañía, y donde además en esta ocasión nos acompañó nuestro guía favorito.

Acabamos con esta visita la temporada 2022-2023, y ya estamos ansiosos por volver en septiembre con novedades y reencuentros.